sábado, 15 de diciembre de 2012

En la cama de un demonio (Fanfic SasuHina)



Disclaimer: Los personajes del animé Naruto son de Masashi Kishimoto, y son usados  en en esta historia sin fines de lucro.
Advertencia: Este fanfic contiene Lemon (escenas se sexo explícito).

Sin más nada que decir, espero que disfruten de la lectura.

En la cama de un demonio
Capítulo único.


 Sus ojos estaban llenos de lágrimas y en su pecho sentía un insoportable dolor. Un dolor que parecía querer desgarrarla desde lo más profundo de su ser. La chica de oscuros y largos cabellos apretó con fuerza el kunai que sostenía en su mano derecha, infligiéndose una profunda herida con el filo del arma shinobi. La sangre goteaba lentamente desde la herida hasta el suelo, coloreando el verde pasto de rojo carmín.
Se maldecía internamente por ser la portadora de esos blancos ojos, para los cuales no hay secretos. No podía seguir observando la acalorada escena que se llevaba a cabo unos metros del lugar donde estaba, así que desactivó su byakugan. Pero eso no le sirvió de mucho porque las imágenes no se apartaban de su mente.
Sus varoniles manos recorrían con ansiedad la nívea piel de la chica. Estaba deseoso de explorar cada centímetro del cuerpo de esa kunoichi con sus manos y con su boca, besando y acariciando desde su abdomen hasta su cuello, dejando un camino húmedo a su paso. La excitación de ambos cuerpos era evidente, su respiración era agitada, y su flujo sanguíneo se incrementaba con cada roce de sus pieles desnudas, acelerando el ritmo de los latidos de ambos corazones. El rubio se apoderó salvajemente de los labios de la chica, y atrajo hacia él las caderas de la pelirrosa poniendo en contacto sus intimidades. Aquella imagen se acopló con perfección a los sonidos creados por la mente de Hinata. Sonoros jadeos de excitación invadían su cabeza.

Aquello era la peor tortura de todas. Prefería mil veces las torturas físicas a manos de un despiadado ninja enemigo que haber visto como su eterno amor, Uzumaki Naruto, acariciaba lujuriosamente el cuerpo de una mujer que no era ella. La mujer que disfrutaba de las caricias del rubio, y que gemía de placer no era ella y eso le destrozaba el corazón. La mujer que pronto sentiría la hombría de Naruto en su interior, volviéndose un solo ser con él, no era ella y eso le corrompía el corazón. Sentimientos como el odio y la envidia la invadían lentamente. La dulce y tierna Hinata estaba descubriendo el lado oscuro de su ser. Deseaba ocupar el lugar de esa mujer, quería ser ella quien llenara de placer al joven ninja, y anhelaba ser la dueña del hiperactivo corazón de Naruto. Pero ese lugar ya estaba ocupado desde hace mucho tiempo. Ese lugar le pertenecía a ella, a Sakura Haruno.
Su cuerpo se sentía pesado. Sus delgadas piernas no podían seguir sosteniendo el peso del resto de su cuerpo, así que se dejo caer sobre el pasto. Las lágrimas brotaban con más insistencia de sus blancos ojos, y no tenía ninguna intención de detenerlas. Quería llorar hasta que no tuviera lágrimas para derramar, hasta que sus malditos ojos se secaran, y hasta que su corazón dejara de latir por el intenso dolor que la apuñalaba.
Elevó su vista tratando de encontrar un alivio para su dolor, pero solo encontró la gran maraña verde de las ramas que se extendía por todo el campo de entrenamiento y, entre ellas pequeños pedazos de cielo nublado.
- Al parecer tú también quieres llorar –dijo con un esbozo de una melancólica sonrisa en sus labios. Las nubes oscuras amenazaban con querer descargar una gran tormenta sobre Konoha.

Unos minutos después las gotas de agua empezaron a caer, precipitándose sobre la tierra y sobre su rostro, lavando sus lágrimas. Permaneció inmóvil, sentaba bajo esa lluvia que se acercaba más a una tormenta con el transcurso de los minutos. No supo exactamente cuanto tiempo estuvo así, para cuando se dio cuenta todo su cuerpo estaba completamente mojado. Mechones de cabello se adherían con insistencia a su cara y su ropa mojada se pegaba a su cuerpo exaltando sus curvas.
- Te enfermarás si te quedas ahí – una voz varonil la sacó de su trance. Parado frente a ella se encontraba la última persona de la cual esperaría algún gesto de preocupación o amabilidad. Si, sabía que se enfermaría si permanecía por más tiempo en ese lugar. Pero qué diablos le importaba eso a él. No eran amigos, ni siquiera sabía si podían llamarse conocidos. Si alguna vez cruzó palabras con él, seguro que fueron muy escasas.
Hinata bajo la mirada y permaneció en silencio , ignorando el comentario del Uchiha. Aquello no le causó gracia al azabache. Frunció el ceño y tomo a la joven de un brazo, obligándola a levantarse.
Sasuke sabia que no era la persona más querida de la aldea, que por su traición se ganó el descontento e incluso el odio de muchos. Pero desde que había regresado a Konoha, hace tres años, se había esforzado por ganarse nuevamente la confianza de todos, aunque sin mucho éxito.
Pero el hecho de que intentara cambiar e integrarse nuevamente a la aldea, no iba a cambiar su forma de ser. Él era y sería siempre un Uchiha, y el orgullo corría en sus venas. No iba a permitir que esa débil kunoichi lo ignorara de esa manera, y menos cuando se había tomado la molestia de ser amable con ella.

¡Su-suéltame! Me lastimas - el agarre del Uchiha era fuerte, y ella no se sentía con las fuerzas para deshacerlo.
¡Vaya, pero si puedes hablar! Pensé que la princesita Hyuuga se había quedado muda, – dijo con voz socarrona. Sasuke la soltó de forma brusca y le dio la espalda – pero al parecer solo eres una princesa maleducada.
"¡Maleducada!"- es cierto lo había sido. Por primera en su vida, el Uchiha había tenido un gesto amable con ella, y solo había sido capaz de ignorarlo por completo. Pero la situación en la que se encontraba no era la mejor, y su deseo de socializar con alguien era nulo.
Será mejor que regreses a tu casa. Lloverá mucho más fuerte y no creo que el clan Hyuuga quiera que su princesa se enferme – el azabache dio unos pasos, alejándose de ella, pero un suave y delicado agarre de sus ropas lo hicieron detenerse.
- ¡Lo siento! – dijo casi en un susurro. Había sido maleducada pero en ese momento no quería hablar con nadie. Quería estar sola. Ella y su soledad en el frio y húmedo bosque bañados por la lluvia. Sin nadie que la juzgue, nadie que le diga lo tonta que fue por haber amado por tanto tiempo a una persona que nunca mostró interés en ella incluso después de haber arriesgado su propia vida por él y haberle confesado su amor, y lo tonta que sigue siendo por seguir amándolo a pesar de saber que le pertenece a otra.
- Hmp… - fue la respuesta que obtuvo del chico que se liberó de su agarre. Un pequeño rastro de sangre había quedado en su ropa, proveniente de la herida en la mano de la Hyuuga, y la cual no pasó de ser percibida por el pelinegro. De forma serena se giró hacia ella, y sostuvo su mano entre las de él. De manera hábil vendó la herida. Tal acto de amabilidad realmente la sorprendió. Pero antes de que pudiera hablar y darle un "gracias", Sasuke se alejaba de ella, retomando su camino.

Su espalda era ancha y fuerte, completamente visible ya que su torso estaba al descubierto. Su piel y ropas estaban mojadas, tanto o mas que las de ella. Seguramente había estado entrenando muy cerca de ahí, ya que las vendas de sus manos estaban algo sucias. Con cada paso se alejaba más de ella, y su tan anhelada soledad se acercaba.

"Sola"- miró a su alrededor y por un momento aquel bosque le pareció enorme, imponente y… aterrador. Una fuerte presión oprimió su pecho. "Sola" - una ráfaga de viento azotó con fuerza, estremeciendo las ramas de los arboles. "Sola" – las imágenes de Naruto y Sakura haciendo el amor impactaron en su cabeza nuevamente. "Sola"- podía escuchar los gemidos de placer de ambos por todo el bosque.


- ¡Basta! – susurró, mientras se oprimía el pecho con la mano herida. No quería estar sola, y menos estar por más tiempo en ese horrible lugar. Si estaba sola tendría mucho tiempo para pensar en lo que vio hace unas horas, pero no podía volver a su casa como le sugirió el Uchiha. A ese lugar no. La mansión Hyuuga era un lugar más aterrador que el bosque, con todos esos ojos blancos sobre ti capaces de leer cada uno de sus movimientos. Seria imposible tratar de ocultar algo bajo el escrutinio de esos malditos ojos.
Volvió su vista nuevamente hacia el Uchiha, y de manera impulsiva corrió tras él. No quería estar sola, y en ese momento Uchiha Sasuke parecía ser la mejor compañía. Él no le preguntaría nada. Con él no tendrá que dar explicaciones sobre lo que le pasaba. Y aunque había una alta probabilidad de que él no quisiera su compañía, no tenía nada que perder, así que se aventuró a intentarlo.
- ¡Espera, por favor! – gritó exhausta. El chico se detuvo y posó sobre ella sus ojos azabaches. – Quería agradecerte por la venda – acarició por un momento su mano vendada. El azabache le respondió alzando sus hombros con desinterés, lo cual ella interpretó como un "no fue nada". – y también este… yo – el nerviosismo se apoderaba de ella como infinidad de veces en el pasado. La mirada penetrante y altiva de Sasuke, parecía poseer cierto grado de curiosidad por lo que quería decir aquella joven. – yo quería pedirte que… este… ¡pedirte que me dejaras quedar en tu casa esta noche!- la ultima frase la soltó rápidamente antes de que después de tanto tartamudeó terminara arrepintiéndose.
Aquella petición lo dejó confundido. Jamás espero que la princesita Hyuuga le pidiera algo así. Si antes pensaba que era una chica extraña, ahora lo pensaba aún más.

- Por favor – añadió débilmente. Su voz sonaba como un ruego. La tristeza era evidente en su voz. Hinata permanecía inmóvil frente a él, en espera por una respuesta, su mirada estaba clavada en el suelo y por un momento el Uchiha pareció ver algo semejante a una lágrima rodar por su mejilla, pero no podría asegurarlo con tanta lluvia.
- Está bien – no pudo negarse. Su imagen débil e indefensa le hacían tener una extraña necesidad de protegerla. Esa misma había sido la razón que le hizo acercarse a ella, hace unos instantes. Aquella chica no parecía una kunoichi. Comparada con las demás Hinata era la más débil de todas, según el Uchiha, y no era por su falta de habilidad sino por su amabilidad y dulzura.
Sin decir una palabra más el azabache volvió a caminar rumbo a su hogar, hacia los territorios pertenecientes al clan Uchiha. Hinata lo siguió, entre ellos solo estaba el silencio el cual fue roto por un breve momento por un "Gracias", que salió de la boca de la chica.
Esta era la primera vez que Hinata pisaba los terrenos de los Uchihas. Las dimensiones del lugar eran realmente grandes, pudiendo compararse con las tierras pertenecientes a su clan, y la desolación podía sentirse rozándole la piel. No podía imaginar la soledad en la que vivía aquel chico de ojos negros, toda esa inmensa propiedad siendo habitada solo por él. Después de unos minutos pudo visualizar una casa cerca de un lago, era la única en la propiedad, y tenia sentido ¿para qué reconstruir todas las casas sino no habrá nadie que las habite? … El recuerdo de hace seis años cuando Konoha fue destruida por Akatsuki vino a su mente.
- ¡Llegamos! - le informó Sasuke.
Una vez adentro el chico fue directo a su habitación, mientras Hinata permaneció sentada sobre el piso de madera. La paz que se sentía en ese lugar era envidiable. Sin duda haberle pedido a Sasuke dejarla pasar ahí la noche había sido la mejor opción. De repente una toalla se posó sobre su cabeza, ella la tomó con timidez y le dedicó una sonrisa a su ahora anfitrión.
- No tenias porque molestarte – empezó a secarse su larga cabellera.

- ¿Acaso pretendes pasar toda la noche mojada y luego echarme la culpa de que te hayas enfermado? – una sonrisa burlona adornó su rostro – seguro que con eso haré que me odien mucho más.
- N-No. Yo no haría eso, Sasuke-san – agitaba sus manos algo apenada.
- Bien. Entonces cámbiate de ropa. Sobre mi cama hay una camisa que puedes usar. Te quedará grande pero es mejor que estar mojada.
Con prisa se levanto y se dirigió a la habitación cerrando la puerta detrás de ella. Mientras se cambiaba no pudo evitar percatarse de lo ordenado del lugar, y del estilo sobrio y muy tradicional que tenia la habitación. Lo único que destacaba era la gran cama ubicada en el centro. Con solo verla sus mejillas se tornaron rojizas. Aquella cama que estaba frente a ella había sido testigo de muchas de las aventuras sexuales del joven que aguardaba en la sala. A pesar de haberse convertido en un traidor, ganándose el odio de muchos por eso, su popularidad con las chicas no había disminuido. Podía recordar la conversión de más de una chica de la aldea, alardeando sobre su experiencia con el Uchiha.
- ¿Todo bien? – Hinata se asustó al oír su voz, haciéndola tambalear torpemente para terminar sentada sobre la cama. Sus mejillas ardían de vergüenza y ni siquiera podía mirarlo a los ojos. El chico alzó una ceja. Aun le resultaba difícil creer que ella fuera una kunoichi. Se acercó y se sentó junto a ella, no sabia por qué pero la cercanía del Uchiha hizo estremecer su cuerpo. La sensación de la penetrante mirada de Sasuke la ponían nerviosa. Una sensación de calor empezó a invadirla poco a poco. No podía hacer que sus mejillas adquirieran un color normal nuevamente, en cambio con cada segundo se hacían más rojas.
- S-Si, todo bien.- logró decir.
Había sido un día de duro entrenamiento para el azabache, ya era de noche y deseaba dormir. Se levantó de la cama y fue en busca de lo que lo había motivado a entrar en su habitación: un futón, que estaba en el armario, y ropa seca.


- Puedes dormir aquí. Esta habitación tiene baño y hay agua caliente por si quieres tomar una ducha, y si te da hambre toma lo que quieras de la cocina – dijo y luego se dirigió a la sala en donde acomodó el futón, y avanzó hacia el baño a tomar una ducha caliente.
Conciliar el sueño fue fácil para Sasuke, pero como todas las noches sus periodos de sueño no excedían más de un par de horas. A pesar de los años, las pesadillas no desaparecían. Siempre lo mismo. Cada noche rememoraba esa batalla, aquella que marcó su vida, aquella en la que le arrebató la vida a su querido hermano. La imagen de los sangrientos dedos de Itachi sobre su frente, con esa sonrisa adornando su cara. Esa maldita imagen que nunca se borraría de sus recuerdos y que lo atormentaba noche tras noche. Cerró los ojos en un intento absurdo de despejar su mente, pero como siempre eso le resultaba inútil. Sin embargo algo logró distraerlo de esos pensamientos, el absoluto silencio había desaparecido. Un débil sonido provenía de su habitación, aquello se asemeja a los pequeños sollozos de una chica ¿Acaso ella estaba llorando? … su cuerpo se movió instintivamente hacia ese lugar, y comprobó lo que sospechaba. Su invitada estaba llorando, y abrazaba con fuerza una de las almohadas ¿Qué debía hacer? No quería verla llorar, era algo incómodo. Quería hacer que su llanto se detuviera pero no sabía cómo. Así que hizo lo primero que le vino a la mente. Se acercó a ella y la rodeó con sus brazos, afianzó la cabeza de la chica sobre su pecho y la mantuvo abrazada con la esperanza de que eso sirviera de algo.
La calidez de unos fuertes y protectores brazos envolviéndola hizo que sus lágrimas dejaran de fluir. La cercanía con aquel cuerpo se sentía tan bien que no deseaba apartarse de él, por lo que se aferró a su pecho con fuerza para no dejarlo ir. Por un momento pensó que el abrazo terminaría una vez que ella dejara de llorar pero, no fue así. La abrazó por largos minutos, que parecieron una eternidad, y no solo eso sino que también empezó a jugar con un largo mechón de su cabello, y acariciaba suavemente sus mejillas.
Por un momento sus blancos ojos se encontraron con los de él, haciendo que una extraña corriente recorriera su cuerpo. No supo cómo, ni cuando pero empezó a acercarse peligrosamente a sus labios. Los deseaba. Deseaba sentir más de la calidez que podía ofrecerle Uchiha Sasuke, y para su agrado él parecía no tener intenciones de rechazarla. La distancia entre sus labios se desvaneció. Ella lo besaba con ternura y timidez, propio de una primera vez, y de hecho así era. Este era el primer beso de la princesa Hyuuga.
Con ese inocente beso había tentado al demonio que se encontraba a su lado, un demonio que deseaba probar más. Sasuke se apoderó de los labios de la chica, pero él no lo hizo con ternura sino con pasión. Eso no era un beso de niños, sino de adultos. Era acalorado, en donde no sólo se hacia uso de los labios, sino también de las lenguas. Hinata podía sentir como la lengua de Sasuke se movía con excitación dentro de su boca, en una danza placentera con su propia lengua que se movía por instinto. Miles de sensaciones nuevas asaltaban su cuerpo, no podía describir lo que la estaba haciendo sentir.
Cuando sus pulmones aclamaban por aire se vieron obligados a separarse. La chica jadeaba y el rubor de sus mejillas estaba presente. No tuvo tiempo de recuperar el aliento para cuando sintió como las manos de Sasuke se deslizaban por su espalda, hasta sus glúteos para acariciarlos con insistencia. Un fuerte jadeo se escapó de su boca al sentir como la carne de su parte trasera era apretada con lujuria. Aquello estaba yendo muy lejos, él la estaba tocando donde nadie había tocado antes, pero no tenia intensiones de detenerlo. Al contrario, quería que siguiera, quería que recorriera todo su cuerpo. Y Sasuke así lo hizo, lamiendo y besando lentamente su cuello, despojándola de la camisa y dejando sus voluptuosos y hermosos pechos visibles a sus ojos, y depositándola con delicadeza en la cama.
El rubor de sus mejillas se intensificó al verse con sólo una pequeña prenda cubriendo su intimidad, y a merced del Uchiha que la observaba con detenimiento. Por reflejo intento cubrirse los pecho con las manos, pero le fue imposible porque él se lo impidió. Podía sentir como si esos afilados ojos negros la penetraran, el calor de su cuerpo era incontrolable y su intimidad se humedecía, jamás se había sentido tan expuesta y vulnerable. Bueno eso fue lo que ella pensó. Porque ese sentimiento se incremento mil veces cuando el azabache se acercó a su parte mas privada, separó sus piernas y acarició su vulva sobre su ropa interior.
- ¡Sa-Sasuke… ahí no! – intentaba reprimir los gemidos. La forma en la que la acariciaba la estaba descontrolando. El joven no le hizo caso y fue más allá, hizo a un lado su prenda e introdujo su dedo índice en su vagina, haciendo que se arqueara de placer.
- Estás muy mojada – sonrió triunfante, y luego metió un segundo dedo. Los gemidos de la chica no pudieron ser reprimidos por más tiempo. Los movimientos repetitivos de los dedos entrando y saliendo de su interior la hacían retorcerse y gemir de placer. Pero los labios de Sasuke la hicieron callar, la besaba con más pasión y excitación que la primera vez.
Ella lo abrazó poniendo sus cuerpos en contacto, y pudo sentir como la erecta hombría de Sasuke rozaba su vientre. Él estaba tan excitado como ella, y su erección era la prueba de ello. No era justo que solo fuera ella la que sintiera placer, por eso llevo una mano hasta la entrepierna del Uchiha frotándolo ansiosa. Deseaba devolverle el favor y deleitarse con los jadeos roncos que brotaran de su garganta producto de sus caricias. Sus manos traviesas se colaron entre su ropa, tocando suavemente su gran miembro y lo masturbo hasta hacerlo más grande y duro. El pene de Sasuke había alcanzado su máxima erección, su glande había adquirido un color mas intenso y el líquido pre-seminal salía de su punta. Aquello era grandioso. Hinata jamás imaginó que haría algo así con alguien que no fuera Naruto, pero lo estaba haciendo y le gustaba.
El palpitante miembro del chico pedía a gritos penetrar la húmeda vagina de su compañera. De manera muy ágil, le quitó la última y estorbosa prenda a la chica y se despojó de la totalidad de su ropa, quedando ambos cuerpos completamente desnudos y deseosos de unirse en un acto de lujuria. Los ojos de Hinata se abrieron como platos, era la primera vez que disfrutaba de la desnudez de un hombre. Sus ojos pasaron desde su hermoso rostro, sus bien formados hombros, sus pectorales y abdomen perfectamente marcados, hasta su grande y erecto pene, que palpitaba de excitación. Excitación por ella. Eso hizo que un extraño calor se alojara en su vientre. Ese hermoso demonio frente a ella estaba provocando que se incendiara por dentro. Él se acercó a ella, y empezó a acariciar, y lamer sus pechos como si fueran el dulce más delicioso. Si bien a Sasuke no le gustaban los dulces, era imposible no disfrutar de ese gran par de jugosos pechos. Jugaba con sus pezones, uno estaba en su boca el cual mordía con suavidad, y el otro, estaba bajo el cuidado de sus dedos. Los botones rosas de la chica estaban muy erectos. Sasuke la estaba volviendo loca de excitación.
"¡MÁS. QUIERO MÁS!" – y como si Sasuke pudiera leerle el pensamiento empezó a frotar su miembro con su intimidad. Los gemidos aumentaron, y el calor en la habitación parecía aumentar, pero era el calor de sus cuerpos el que se encontraba en un ascenso que no parecía tener fin.
- Sasuke… - hablaba entre gemidos – yo soy… virgen – dijo algo apenada.
Esa noticia no se la esperaba. Probablemente la princesa Hyuuga era la única chica de 21 años que aún conservaba su virginidad en la aldea, pero eso hacía que la deseara aún más. Deseaba invadir la intimidad de la hermosa chica que se encontraba bajo su cuerpo.
- ¿Estás segura de que quieres que continuemos? ¡Puedo detenerme sino estás segura! – aunque le hablaba con seguridad, detenerse en este punto seria algo muy cruel. Su erección empezaba a doler. Su necesidad de poseerla era cada vez más intensa.
- Si. No te detengas por favor- estaba completamente segura de lo que hacia. Sasuke no era el hombre que amaba, pero tampoco era alguien que le desagradara. No. Ella lo deseaba. Entre ellos no había amor, solo pasión y deseo, pero eso era más que suficiente para ella.
- Está bien – poco a poco fue penetrándola. El interior de su virginal vagina era tan cálido, húmedo y estrecho y le proporcionaba mucho placer. Hasta que se topó con esa barrera que le impedía seguir adelante. De un movimiento más fuerte la atravesó, ocasionado un fuerte dolor en la chica. Ella sentía que algo se había roto en su interior, pequeñas lágrimas brotaron de sus ojos y un poco de sangre fluía desde su intimidad.
- ¿Estás bien?- ante la pregunta de su amante solo respondió con una sonrisa, invitándolo a seguir.
El dolor había desaparecido, ahora solo sentía placer. Ese hombre que se movía habilidosamente entre sus piernas la estaba llevando a sentir el máximo placer. La sensación que provocaba el vaivén de sus cuerpos era indescriptible, cada beso, cada caricia quemaban su pálida piel. Lo rodeo con las piernas, atrapándolo por completo. "Más profundo" - Sasuke parecía un experto descifrando lo que necesitaba y pedía el cuerpo de la chica. Sus embestidas se hicieron más fuertes, llegando a lo más profundo de la chica. Con más fuerza y velocidad tal y como ella deseaba. Hinata estaba comprobando que uno de esos tantos rumores que había sobre Uchiha Sasuke era absolutamente cierto. Él era un amante formidable.
- Yo… aaahh… creo que – no fue necesario que terminara la frase porque Sasuke sabía muy bien lo que quería decir.
- ¡Córrete mi princesa! – aquellas palabras sonaron pervertidas y tiernas a la vez. "Mi princesa", esas palabras se oían tan bien al salir de su boca.
Los ninjas estaban a punto de cumplir una importante misión. La misión de hacer llegar a su compañero al clímax del placer. Sasuke le apretó los pechos, y se vino dentro de ella. Hinata gimió fuertemente y se corrió también. Podía sentir el caliente semen del Uchiha esparcirse en su interior y mezclarse con sus propios fluidos.
Sus cuerpos sudorosos reposaban uno junto al otro. Aquello que acaban de experimentar había sido extraordinario para ambos. La inocente y dulce Hinata había resultado ser una diosa en la cama.
- Fue fabuloso – dijo la chica, abrazándolo y descansando sobre su pecho. Una triste sonrisa se dibujó en sus labios y el abrazó se hizo más fuerte. Hinata se aferraba con fuerza al chico a su lado.
No podía evitar que el dolor se alojara cada vez más en su pecho. Jamás imaginó que su primera vez sería con una persona que no amaba pero, ya no había vuelva atrás. Sentir arrepentimiento y llorar no iba a servir de nada. El hombre que amaba jamás sería suyo y conservar su virginidad para él era ridículo.
- ¿Estás bien? – la voz de Sasuke la devolvió a la realidad por segunda vez.
- S-Si – intentó agrandar su sonrisa.
- Sé que no lo estás. – el Uchiha sonrió – No creo que seas de las tienen sexo sin amor y, debes estar muy dolida para haberlo hecho – los blancos ojos de la chica se agrandaban. – No es un secreto para nadie que estás enamorada del tonto de Naruto, – las lagrimas empezaron a fluir de sus ojos – pero eso no me interesa. – Sasuke le apretó un seno pervertidamente. Se acercó a su oreja y la rozó con la lengua – Ahora eres mía Hyuuga Hinata – le dijo en un susurro.
El rostro de Hinata se tornó completamente rojo y las lágrimas se detuvieron al instante. El cálido aliento del azabache sobre su oreja hacía que su piel de erizara y que el calor invadiera su cuerpo nuevamente. Se había metido en la cama de un verdadero demonio que no la iba a dejar ir tan fácil, pero tampoco es que ella quisiera escapar de él. Sabía que no lo amaba pero no podía resistirse a ser tentada por el Uchiha.
- S-Si… soy tuya – pequeños jadeos salían de su boca. Sasuke sonrió al escucharla y empezó a acariciar su intimidad. Entre ellos había comenzado un juego en el cual el corazón no tenía permitido participar.

Nota de la autora: Este fue el primer lemon que escribí y quería compartirlo con aquellos que les agrada esta pareja. No es mucho pedir que me den su opinión, es grato saber lo que piensas aquellos que leyeron c: de todos modos, muchas gracias por leer.





18 comentarios:

  1. Olá tudo bem?
    Eu amei a Fic.
    Amo esse casal e simplesmente amei.
    Esta de parabéns.
    Kissus (=^.^=) Neia Sz Neko

    ResponderEliminar
  2. increible lemon SASUHINA, tienes futuro como escritora Je,je je,q´ imaginacion, quien quisiera una como la tuya.......tienes mucha originalidad sigue asi... :3
    Bye....no escribes uno NARUSAKU????

    ResponderEliminar
  3. waoo me encantoo ay como adoro esta pareja y mas tu manera de jugar con las personalidades de ellos que se complementan muy bn eres muy buena escritora y sii me encantoo el lemon soy una pervert xD jajjaa sugoi tu historia n.n sayoo

    ResponderEliminar
  4. Waaaoooww... Es de los pocos SasuHina, que me han encantado.. Enserio fue tu primer Lemon.. Estuvo excelente... Me ah encantado... Me pregunto si tienes mas??

    ResponderEliminar
  5. Simplememte Perfecto;D
    Yo tambien escribo asi, excelente redaccion y una increible ortografia. Te felicito. Sigue asi y llegars lejos.

    ResponderEliminar
  6. wow tuve un derrame nasal me encanto sige asi tienes una excelente imaginacion sin contar que mantubiste las personalidades al matgen te felicito eres una gran escritora

    ResponderEliminar
  7. Hola...debo decirte que me encanto tu historia y queria saber si ya la has publicado en fanfiction, si no lo has echo me gustaria pedir tu permiso para publicarla a tu nombre. Ojala aceptes, espero tu respuesta.
    pd: por si quieres buscarme en esa pagina te dejo mi link https://www.fanfiction.net/u/5652671/charoitasurumi. ya-ne**

    ResponderEliminar
  8. Hermoso!! :3 Me dejas sin palabras. Gracias por compartir esta increíble historia.

    ResponderEliminar
  9. Hola..!!! Acabo de leer tu historia y Oh por Dios me has dejado sin palabras..!!! Muy buen trabajo me encanto lo que has escrito..!!!
    Por cierto podrias escribir una NaruSaku???
    Bueno aun asi excelente trabajo Me Encanto :D..!!!
    Gracias por dejarnoslo leer..!!! :D n.n ..!!!

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  11. Lo acaba de conocer y ya le está pidiendo ir a su casa, se acuesta en su cama y tiene sexo con él. Eso es demasiado...

    Rápido.
    Fácil.
    Estúpido.

    Mi opinión, si la historia hubiera ido un poco más lento, o que al menos se conocieran desde antes, hubiera sido mejor. Pero ninguna mujer decente tendría su primera vez con el mujeriego del pueblo. Y Hinata es más decente que muchas mujeres.

    Seré honesta contigo, si una mujer acaba de ver a su amor de la infancia y a otra teniendo sexo, probablemente llorará todo el día.

    Y el siguiente.
    Y el siguiente.

    Y ningún mujeriego le diría a una chica que apenas conoce 'mi princesa' o 'eres mía'. Ni siquiera la dejaría hablar durante el sexo y, naturalmente, la evitaría o ignoraría luego de haberla poseído.

    Okay, entiendo que es tu primer lemon, por lo que no debería criticar mucho la historia, es por eso que solo te digo gracias, y que sigas mejorando.

    ResponderEliminar
  12. Segunda parte porfavor !!!! El mejor escritor te felicito me gusto mucho

    ResponderEliminar
  13. ¡ME ENCANTÓ! Sinceramente, de los mejores que he leído. Deberías hacer más; me ha gustado mucho ♥w♥^^

    ResponderEliminar
  14. O por dios! !! Me encanto
    Adoro el sasuhina

    ResponderEliminar
  15. es muy bueno ..seria genial que pudieras hacer la continuación
    me encanta esta pareja.

    ResponderEliminar
  16. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar